domingo, 17 de febrero de 2008

Un éxito de jornadas (desde Valencia....)

Vida y Ocio
Un éxito de jornadas
La matanza del cerdo vuelve a protagonizar el mes de febrero en el restautante Casa Granero de Serra

PEDRO G. MOCHOLÍVALENCIA
LAS PROVINCIAS.ES
Valencia

Pocas citas reúnen a tan nutrido grupo de profesionales y amigos como el inicio de las Jornadas de la Matanza que Casa Granero realiza en Serra. Se han convertido en todo un clásico de la gastronomía valenciana, que tiene al gorrino como un tótem de sabor delicioso y de posibilidades infinitas.

Las jornadas, que comenzaron el 13 de febrero y que finalizan el de marzo, tienen como protagonista al cerdo "Embustero", que fue llevado por Carlos Grau -yerno de Enrique Grau- y por los hermanos José y Miguel Rausell. A diferencia de otros años, "Embustero" apenas creó problemas a Enrique Aliaga, carnicero de Serra que desde la primera edición de las jornadas se ha dedicado a sacrificar al animal. Como en las ocasiones anteriores, Enrique se ayudó de sus subalternos, Vicente Garay y su yerno Miguel.

Comento la docilidad del animal, pues en una edición -me comentaba Enrique- no había forma humana de hacerse con el gorrino; miren el punto de desquiciamiento que le provocó, que estuvo a punto de entrar con una escopeta y, decirle, como diría el inspector Harry Calagan, "alégrame el día". Por fortuna al final se pudieron hacer con él y la fiesta llegó a buen cauce.

Una vez finalizada la matanza, todos los invitados nos dirigimos a Náquera, al restaurante Rossynol. Hace ya algunos años que Granero decidió cambiar. Su restaurante se había quedado pequeño y recurrió a los salones del restaurante de su amigo Vicente.


Saber gastronómico
Entre los premiados de este año se encontraban José Luis Prada Mendes y Ramón Villa Carnero. Además, el premio a la Labor Periodística Ramón Ferrando ha sido para Lorenzo Díaz.

José Luis y Ramón provienen de León. El primero viene de Cacabelos, localidad del Bierzo leones, y es el creador de los productos artesanales Prada a Tope. Ramón, es escritor, escultor y excelente gastrónomo, además de Presidente de la Academia Leonesa de Gastronomía. En su parlamento, ambos destacaron la importancia de mantener la cocina y las propuestas tradicionales, la cocina de raíces y del entorno. Ambos reconocieron que en la tradición gastronómica Granero es toda una leyenda. Lorenzo, mucho más ducho en la disertación, destacó el amor que siente por la Comunitat Valenciana. Subrayó que el cariño que siente se inició en su infancia, "cuando los valencianos llegaban a La Mancha, llegaba la pólvora, la fiesta, los helados". Descubrió la literatura de Blasco Ibáñez de la mano de Vicente Gaos, recluido en su pueblo natal, y amó el cine gracias a Luis García Berlanga. Su amor por nuestra tierra es tal, que en verano es fácil verlo por la playa de El Perelló, desayunado en Blayet, comiendo en Casa Chiva o tomando un helado (recuerdo de su infancia) en la heladería La Jijonenca.

La asistencia a las jornadas de este año fue nutrida. Desde amigos a restauradores, todos quieren acercarse a pasar este día con Vicente y Mónica. Aunque luego nombraré a algunos asistentes, quiero citar en primer lugar a Canito, el mejor fotógrafo especialista en el mundo del toro, que a sus 90 y algún año sigue cámara en mano persiguiendo captar la mejor instantánea de cualquier acto. Lorenzo, recordó que en su libro Un día en la vida de España hay alguna foto suya. También recordó que fue el único fotógrafo que estaba en la plaza de Linares, aquel 28 de agosto de 1947 cuando Islero empitonó de muerte a Manolete. Su amistad con Luis Miguel Dominguín le hizo ir a Linares.

Entre los restauradores se encontraban Antonio Galbis y su hija Gemma, Carlos Calero, Anselmo Barrón -de Granja Santa Creu-, Manolo Verdeguer -del Restaurante Mediterráneo-, Carlo y Adela -de Blitz-, y Juan Civera y su hijo. No faltaron clásicos de todos los años como Paco Castro y Pilar -de La Riuà- ni, por supuesto, Juan Gorrea, de La Taula de Llíria.

También se pudo ver a los bodegueros Julián López y a su mujer Maria José de Chozas Carrascal, así como a Juan Solves y Borja Monzó, de El Corte Inglés.

Mi querido compañero de colegio Carlos Marzal estuvo sentado junto a Paco Llobet, presentador de los premios. Por cierto, con ambos tengo pendiente una visita al restaurante El Poblet de Quique Dacosta. A ver si este año la realizamos.

También estaba, como no, mi Maestro Logan. La noche anterior habíamos cenado en la Taberna Alkázar junto a Lorenzo, Manolo Verdeguer y Rosa, su mujer. Esa misma noche, coincidimos con Fernando Sánchez Dragó. La fama de Alkázar traspasa nuestras fronteras.

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